Mientras un creciente número de profesiones recelan del desarrollo de la inteligencia artificial, los vendedores se preguntan por el futuro de su oficio en la era de esta etapa crucial de la revolución digital. Aunque esta innovación tecnológica debería acogerse como una aliada al servicio de la profesión de vendedor, algunos aún dudan en subirse al carro de la inteligencia artificial o IA. Vendedores, ¡descubran en este artículo por qué no deben tener miedo de la IA!
Temida por muchos profesionales que la ven como la muerte anunciada de su profesión, la inteligencia artificial, o IA, no constituye una amenaza para los vendedores. Esta innovación tecnológica aporta numerosas ventajas para facilitar el día a día de los vendedores y ayudarles a ahorrar tiempo y mejorar la precisión. La IA permite procesar datos con mayor rapidez y exactitud, realizar búsquedas complejas en las bases de datos de la empresa y enviar correos electrónicos mejor redactados, adaptados al contexto y sin faltas de ortografía.
Verdadero asistente virtual multitarea, la IA simplifica los procedimientos administrativos y acelera la realización de las tareas asociadas a la prospección y la relación con los clientes. En cambio, la IA es absolutamente incapaz de sustituir a un vendedor para cerrar una venta. Se necesita un ser humano competente y eficaz para convencer al cliente, adaptarse a sus necesidades y explicar y mantener la relación comercial una vez concluida la venta. Lejos de ser un peligro, la IA debe considerarse una herramienta adicional que permite a los vendedores concentrarse en su tarea principal: la relación con el cliente.
Nos guste o no, la IA es cada vez más esencial en el mundo laboral. Si nos negamos a reconocerlo, corremos el riesgo de dejar de comprender y desempeñar eficazmente nuestro trabajo dentro de unos años. Para anticiparse a los cambios que la IA ya está generando en las misiones y en las trayectorias profesionales de los vendedores, hay que subirse al carro cuanto antes formándose en esta nueva tecnología.
Los early adopters, aquellas personas que son capaces de utilizar los nuevos productos tecnológicos antes que la mayoría de la gente, son quienes mejor aprovecharán todas las oportunidades que ofrece este nuevo invento. Gracias a su experiencia, podrán dominar la IA y utilizarla como herramienta para mejorar su performance. Por lo tanto, los vendedores y sus empresas tienen un máximo interés en realizar cursos de formación para comprender y dominar la IA, así como optar por cursos orientados a su negocio que les ofrezcan las claves para obtener el máximo beneficio posible de la inteligencia artificial.
Por ahora, parece poco probable que la IA pueda revolucionar la forma en que se calculan los salarios y la remuneración variable de los vendedores. En cambio, está claro que el dominio de la IA será pronto uno de los hard skills que se esperan de un vendedor competente. El tiempo ahorrado gracias al dominio de esta tecnología permitirá a los vendedores dedicar sus esfuerzos a misiones y tareas más rentables para la empresa. Este aumento de la productividad influirá en la naturaleza de los objetivos que se les asignen. La inteligencia artificial se tendrá necesariamente en cuenta en los objetivos de performance de los vendedores y, por lo tanto, en el cálculo de su remuneración variable.
Si bien la IA no supone la sentencia de muerte de la profesión de vendedor, su creciente presencia provocará inevitablemente cambios en la forma de desempeñar este oficio. Aunque dichos cambios pueden ser positivos, también deberían recordar a los vendedores la necesidad imperiosa de formarse en esta tecnología. Dominar la IA se convertirá en breve en una competencia ineludible para los vendedores de hoy y de mañana.