Respeto y defensa del medio ambiente, derechos sociales, economía verde... Estos valores son especialmente importantes para los jóvenes trabajadores. Las empresas que desean atraer y retener talento ya no pueden ignorarlos. ¿Cómo ponerlos en práctica y qué impacto tiene la RSE en los empleados? A continuación, repasamos algunas virtudes que se han vuelto indispensables.
"Nuestro principal canal de contratación es el boca a boca, a través de oficinas de consultoría o clientes. Muy a menudo, los candidatos han oído hablar del ejemplo de Airbus, a quienes ayudamos a ahorrar un 40% de su consumo energético en una de sus instalaciones. Los vendedores jóvenes son sensibles a promocionar ofertas virtuosas”, Cyrille Bois, Director Comercial de Sintra, actionco.fr.
Para atraer y retener a los jóvenes vendedores, ya no es posible ignorar la Responsabilidad Social Empresarial (RSE). Los trabajadores jóvenes conceden gran importancia a la defensa del medio ambiente y los derechos humanos, y son reacios a incorporarse a empresas que no asuman un compromiso claro con estas cuestiones. Para seducir a los mejores candidatos, las empresas deben asegurarse de que su marca empleador refleje los valores y virtudes más apreciados por la generación más joven.
Obtener un sello de calidad e implicarse en acciones concretas de defensa y protección de los recursos naturales, la biodiversidad y los derechos sociales es esencial para generar un sentimiento de orgullo entre los empleados, sobre todo entre los vendedores. El orgullo de pertenecer a una empresa comprometida ayuda a mantener motivados a los equipos y, naturalmente, reduce el riesgo de que el personal abandone la empresa. Incluso si la labor que realiza no tiene un impacto directo en estas cuestiones sociales, el vendedor se sentirá orgulloso de formar parte de una empresa considerada virtuosa.
Algunas empresas integran la RSE en su funcionamiento involucrándose en proyectos ajenos a su misión principal y con un impacto directo en el desarrollo sostenible o el bienestar de las personas. Otras están experimentando una verdadera metamorfosis de su modelo económico al tomar el camino de la economía verde. Este es el caso de TOTAL, que articula su enfoque de RSE en torno, en particular, a la transformación del modelo energético.
El gigante petrolero, señalado a menudo como uno de los mayores contaminantes del planeta, ha asumido sin ambages el reto de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), adoptados en 2015 por la ONU, fijándose como meta alcanzar la neutralidad en carbono de aquí a 2050. Al construir su modelo de RSE en torno al clima y la energía sostenible, el bienestar de las personas, el respeto por el medio ambiente y la creación de valor para la sociedad, TOTAL pretende transformar por completo su modelo de negocio. La ausencia total de emisiones de carbono, desde la producción hasta la venta de sus productos, posiciona a la empresa como un modelo de transición hacia la economía verde.
Al tomar una decisión tan radical, TOTAL está cambiando radicalmente su imagen de marca y destacándose como una empresa fundamentalmente virtuosa. El impacto en la captación y retención de jóvenes talentos no puede sino multiplicarse. En efecto, en la mente de los jóvenes empleados, trabajar para una empresa capaz de emprender semejante metamorfosis tiene aún más sentido que pertenecer a una empresa que participa de forma puntual en proyectos virtuosos o que ya trabaja en la economía verde.
Replantearse en profundidad el modelo de negocio, asumir nuestra parte de responsabilidad en la degradación del medio ambiente o el bienestar de las personas, poner en marcha un plan para invertir la tendencia y atenerse al mismo, es una forma poderosa y eficaz de atraer a los talentos más sensibles a los valores que propugna la RSE. Porque el impacto de tal transformación es tangible y significativo para el medio ambiente y las poblaciones humanas.
La Responsabilidad Social Empresarial no es un simple accesorio para realzar la marca empleador. Al igual que la remuneración variable, debe ser parte integrante del ADN de la empresa si esta quiere atraer, convencer y retener a los jóvenes talentos, la mayoría de los cuales son muy sensibles a estas cuestiones. Este compromiso debe ser firme y tangible, y debe estructurar el modelo de negocio de la empresa si se quiere que sea una fuente genuina de orgullo y motivación para los empleados.